Hay una zona del cerebro para el fútbol

Y hay personas que tinen esa misma zona para el básquet o para otra actividad deportiva o de algún juego que practican, no ellos, sino los jugadores de un equipo al cual adhieren, los espectadores, de un modo emotivamente tenso, excluyente de otra actividad o emoción; y por un momento si gana su equipo han ganado todo, y si pierde lo han perdido todo; sin importar la historia propia o ajena de triunfos o derrotas, de más o menos importancia previa; por un momento, unas horas, se toca la "gloria" o el "fango".

Esa zona cerebral estimo la tienen todos los humanos para alguna pasión. Es, me parece, el lugar donde asienta esa emoción fuerte a modo de un estado emocional (que dura más o menos según la característica de permeabilidad al evento externo de la persona y según su fortaleza y convicción para alejarse pronto o no de aquel).

Lo real es que algún niño llora o ríe desmedidamente por la suerte de su equipo. Y sus padres tal vez insultan o hacen mofas a los rivales de turno o históricos por lo mismo. Otros tienen zonas alopécicas u onicofagia o episodios de diarrea por los mismos motivos.

Entonces, es una zona "del ser humano" la que vive una pasión de tal modo por una razón casi superficial en comparación con los intereses y las metas más sólidos y profundos que puede asumir la Humanidad, que seguramente los entendidos en salud mental y neurociencias están definiendo adecuadamente.

Por ahora, sigo admirado de un fenómeno de masas que muestra a unas cincuenta mil personas "delirando" tras el juego de unos prójimos en un estadio, más, tal vez quinientos mil o cinco millones por radio y televisión... (eléctricas o por internet) entre los cuales me anoto para la expectación del "más grande" de Argentina...

eransaldii@gmail.com