El hombre es complejo, lógiamente más que la COVID-19
- Enrique R. Ansaldi
- 4 may 2020
- 2 Min. de lectura
La covid-19, la enfermedad por el nuevo coronavirus aparecido en diciembre de 2019, resultó en pocos meses un tema mundial, por momentos "el tema" mundial.
Toda la vida de la sociedad humana mundial (si bien seguramente unos cuantos millones de hermanos no están aun enterados de la pandemia) se ha alterado: los horarios, las residencias, los trabajos, las convivencias, las urgencias, las necesidades, las no-necesidades, el estado físico de las personas y su situación espiritual, y etc..
Una porción muy pequeña de personas participa activamente de sus Cultos cada día por necesidad y lo hace todos los días de su vida.
El caso de los cristianos católicos tiene como punto álgido la no-participación en la Misa una reunión en la que normalmente se está de rodillas, sentado o de pie, en silencio el mayor tiempo, y solo a veces ocurre un acercamiento físico (saludo de Paz con su vecino de asiento, y la recepción en la boca o en la mano de la Hostia - con aspecto de un pequeño pan sin levadura- momento culmen de la Misa y del día del creyente).
Sin embargo fue suspendido mundialmente el oficio de la Misa, pese a que comparativamente con otras actividades exceptuadas o liberadas casi no tiene riesgos de contagio. Y las personas afectadas por tal medida sienten la debilidad que les provoca tal prohibición.
A propósito traigo un segmento de una nota a un obispo de EEUU:
"El obispo Peter Baldacchino de Las Cruces, que fue el primer obispo de EE.UU. en anunciar la reanudación de las misas públicas durante la pandemia del coronavirus, confirmó a CNA que había participado en una llamada, pero se negó a dar muchos detalles sobre la charla.
«Fui contactado por algunos funcionarios de la Casa Blanca y estoy agradecido por su preocupación por la libertad religiosa y la reanudación responsable del culto religioso», dijo Baldacchino. «Siempre estoy abierto y agradecido por el diálogo con los líderes civiles, independientemente del partido al que pertenezcan».
«Tengo la esperanza de que aún más funcionarios del gobierno, especialmente a nivel estatal, lleguen a reconocer la naturaleza esencial de la fe y la adoración», dijo Baldacchino a CNA. «Sigo rezando para que Dios conceda sabiduría y discernimiento a todos nuestros líderes gubernamentales»
eransaldii@gmail.com
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